domingo, 5 de octubre de 2008

Editorial de Claudio Chiaruttini del Domingo 5 de Octubre de 2008

¡Faltan menos de 80 días para las fiestas!
POR CLAUDIO M. CHIARUTTINI

Ya se prepara Papá Noel, ¿qué festejaremos?

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). La decisión de la Unión Cívica Radical de establecer una alianza electoral con el Partido Socialista y el fuerte respaldo que otorgó Elisa Carrió a la decisión, llegando a expresar interés una integración a la dupla de la Coalición Cívica hizo renacer los sueños de un movimiento opositor con suficiente fuerza para desplazar al matrimonio Kirchner del gobierno. ¿Acaba de nacer la nueva oposición?
La noticia, que corrió como reguero de pólvora en el ambiente político despertó todo tipo de especulaciones. Sin embargo, el entramado político deja fuera de la nueva versión de la Alianza al vicepresidente de la Nación Julio Cleto Cobos, la figura del arco opositor con mayor imagen positiva en la opinión pública.
Es interesante, pero el radicalismo resolvió aceptar el regreso de todos sus ex miembros que muestran vocación de pertenencia, pero dejaron fuera al único hombre que, con sus acciones y sus palabras, está causando más daño al gobierno y que tiene a Néstor Kirchner resoplando y bufando.
Por ejemplo, el primer viaje internacional de Julio Cleto Cobos a Miami invitado por el diario Miami Herald puede ser usado en contra del vicepresidente de la Nación por el Frente de la Victoria que busca cualquier causa para obligarlo a renunciar.
Pero volvamos a la movida opositora, muy similar a la que posibilitó que Fernando de la Rúa fuera Presidente de la Nación, la verdadera muestra de debilidad del kirchnerismo aparece dentro del Partido Justicialista.
Por ejemplo, el lanzamiento de la precandidatura a Presidente de la Nación por parte de Mario das Neves y la realización de tres actos peronistas para el Día de la Lealtad confirman que Néstor Kirchner tiene cada vez menos poder dentro de la estructura partidaria.
La extraña decisión de Mario das Neves de negarse ser calificado como un antikirchnerista o como un opositor no deja de levantar sospecha sobre sus verdaderas intenciones.
Sin embargo, junto con las precandidaturas lanzadas en forma oral José Luis Gioja, José Manuel de la Sota, Carlos Reutemann y los hermanos Rodrigue Saa confirman que cada vez le será más difícil a Néstor Kirchner asegurar la continuidad de su proyecto personal político.
Por eso, ante la creciente movida opositora, los Kirchner se preparan para volver a recorrer el país y asegurar el control del Partido Justicialista. Por ejemplo, durante la semana, Néstor Kirchner comenzó a armar las listas del PJ del interior y ya se está diseñando un plan para recorrer casi todas las provincias y protagonizar actos públicos para consolidar su imagen y poder.
La estrategia utilizada por Néstor Kirchner es obvia: aceptará todas las listas necesarias en cada distrito como para evitar fugas, obligará a que en cada provincias la interna se convierta en una externa y frenará cualquier intento de que una rama opositora a su figura pueda escalar a cualquier poder provincial.
El plan de Néstor Kirchner incluye también un aumento de su imagen pública a nivel internacional.
Por eso, el viernes, se realizó en el elitista Sheraton de Pilar un encuentro de líderes 'progresistas' con funciones gubernamentales de Chile, Uruguay y Brasil en donde comenzaron a dar forma de un proyecto de supuesto liderazgo continental.
Aunque parezca mentira, ahora los Kirchner quieren ser una fuerza intelectual y un modelo para el progresismo latinoamericano.
Al parecer, montados en la soberbia que mostraron en Nueva York, Néstor y Cristina Kirchner han lanzado la alocada idea de generar un proyecto regional que se oponga a la forma de actuar de los Estados Unidos y Europa, en especial, en todo lo concerniente a la crisis bancaria internacional.
En idioma de progresistas se intenta “pensar con categoría propias” lo que implica salvar a la humanidad desde una óptica local y con fórmulas regionales ante lo que califican, en forma errónea, la primera crisis global que nace desde los países centrales.
¿Entendió algo? No se haga problemas, todos dijeron lo mismo, se aplaudieron unos a los otros y festejaron la coincidencia mientras almorzaban en el, repito, oligárquico y nada popular Sheraton de Pilar. ¡¡Eso es incoherencia ideológica!!
Con muchas menos ínfulas, Daniel Filmus y Juan Manuel Urtubey organizaron un encuentro para debatir un modelo de país junto a representantes del progresismo kirchneristas; en tanto que Alberto Fernández lanzó en la Capital Federal un análisis de la situación del kirchnerismo a nivel local y como modelo político.
¿Qué significan estos encuentros de supuesta discusión ideológica? Por un lado, que el matrimonio Kirchner piensa que puede exportar su modelo de gobierno y su supuesto “éxito económico”; en tanto que para las filas medias se trata de exponer que el kirchnerismo es bueno, pero que no dependen de Néstor y Cristina Kirchner.
En contra de lo que ocurre en otros encuentros políticos donde las divisiones suelen aparecer como principal emergente (la historia de la Unión Cívica Radical es un triste muestrario), los peronistas suelen generar nuevas alianzas en capas medias y altas con el fin de reemplazar a las que gobiernan en este tipo de encuentros. Ocurrió con el cafierismo, con el duhaldismo y con los gremios que terminaron por matar a los gordos y poner a Hugo Moyano a la cabeza.
En el fondo, más allá de las forma, el kirchnerismo está en estado deliberativo y terminando de consolidar alianzas de poder con el fin de fortificar las cabezas de playa ganadas hasta a hora y mantenerlas en las elecciones del 2009 y 2011. Muy parecido de lo que hace la oposición, pero pensando en heredar a los Kirchner.
Pero, mientras nuestra clase política concentra sus esfuerzos en crear proyectos que les permiten retener el poder o sacárselo a otro, la realidad sigue avanzando a paso firme y golpeando cada vez más duro sobre los bolsillos de la gente.
Mientras los Kirchner tratan de exportar su modelo económico, los textiles advierten que las importaciones son un 50% más altas que en la convertibilidad; en Miami, las entrañas putrefactas de la corrupción kirchnerista son mostradas en pantalla gigante y los escándalos obligan a la Casa Rosada a seguir cambiando la cúpula militar, como casi con seguridad ocurrirá el lunes con el comandante de la Armada, Jorge Godoy.
Mientras los Kirchner tratan de consolidar su poder político nacional, el campo ha vuelto a las rutas y en la Casa Rosada saben que el sector agropecuario es la verdadera oposición. Por eso, en el primer día de medida de fuerza, cuando la protesta arrancó tibia y con escasa adhesión, Cristina Fernández de Kirchner los fustigó veladamente cuando sostuvo que nadie tiene que tener de rehén al resto de la sociedad.
Pese a que la Mesa de Enlace aseguró que en sus intenciones está no cortar las rutas, el gobierno está haciendo una fuerte apuesta para llevar a los productores agropecuarios a que aumenten la dureza de sus reclamos.
En ese marco se inscribe la crítica de Carlos Kunkel contra el cardenal Jorge Bergoglio (inútil y contraproducente), ciertas medidas como juicios contra 170 productores e intermediadores agropecuarios por supuesta evasión de $ 300 millones o retener dinero para combatir la sequía (sólo se repartieron $ 235 millones).
Para reducir la adhesión a la protesta agropecuaria, el gobierno prepara un paquete de medidas que anunciará esta semana, lanzó a gobernadores como Juan Carlos Schiaretti (ex aliado de la protesta agropecuaria) a criticar la medida de fuerza y sacó de la repisa al secretario de Comercio Interior, Guillermo “Lassie” Moreno con el fin de usarlos como ariete, en caso de ser necesario.
Pero mientras el kirchnerismo y la oposición juegan a la política chica, a la política del reparto de cargos, se esfuerzan en los proyectos personalistas; el mundo vive una de las crisis más duras, profundas y largas en los últimos 70 años y, a nadie en la clase política, parece importarle lo más mínimo.
La falsa idea de que la Argentina está aislada del impacto de la crisis hace que el gobierno sueñe con una Argentina que no existe y la oposición no entiende que, quizás, tenga que hacerse cargo de una papa demasiado caliente para sus escasas posibilidades electorales.
Hoy, la dependencia de financiación alcanzó el 90% de Venezuela. Además, el riesgo país –con canje lanzado- ya ronda los 1.200 puntos (lo mismo que antes del default) y los seguros contra un posible nuevo default argentino ya tiene valores récord.
Mientras que el gobierno vende con bombos y platillos que US$ 1.000 millones que estaban en el exterior volvieron a la Argentina (es decir 0,008% del total o, para que se entienda, US$ 1 por cada US$ 120 depositados fuera de la Argentina), las recompra de bonos han sido tan escasas que no han servido para regenerar la confianza en el país.
Mientras los Kichner piensan en planes continentales, en exportar su modelo económico y en mantener el poder, el banco de inversión Morgan Stanley nos acaba de sacar de la categoría de país emergente al rango de “emergentes de frontera” en el mismo nivel de Jordania, Egipto, Marruecos, Pakistán y Filipinas.
Según la nueva calificación del banco de inversión, la Argentina es un país que se caracteriza por la limitación del acceso al mercado de las empresas de tamaño pequeño y la baja liquidez. Que quede claro, nos mandaron a Primera C en el mundo de las finanzas internacionales en medio de una crisis histórica. ¡¡Eso es el modelo K que le venden a Chile, Brasil y Uruguay!!
Parece extraño pero, en medio de una megacrisis internacional, el Jefe de Gabinete, Sergio Massa, fue al Congreso, fingió que habló de los temas que le interesan al país y casi no hizo referencia de la crisis, lo que demuestra que el joven político se ha contagiado de la enfermedad que portan los Kirchner: la negación profunda de la realidad.
Los argentinos tenemos un fuerte problema: nuestros políticos se preocupan por ellos y las soluciones las debemos buscar solos. El regreso de la protesta del campo es una confirmación de esta realidad. Que los productores agropecuarios vuelvan a las rutas es la confirmación de que el oficialismo no hizo nada por solucionar los problemas y que la oposición no tiene poder para solucionar los problemas.
De esta forma, mientras los políticos hablan de sus proyectos, propuestas, alianzas y candidaturas, no logran solucionar reclamos puntuales que con una hora de atención, un poco de humildad y algo de interés por hacer un país en serio.
Si Usted cree que es repetitivo este discurso de que los políticos no hacen nada por nosotros, no es que está leyendo o escuchando un texto o una voz del pasado, lo que ocurre es que nuestros dirigente no dirigen, nuestros líderes no lideran y nuestros problemas siguen siendo nuestros problemas.
A decir verdad, cada vez nos parecemos más a los personajes de la serie Lost.